Una persona de mi edad necesita hacer ejercicio. Sonaba dolido de verdad. Y de hecho, hoy voy a ver al Rey otra vez.
Oculta tus dudas cuando se lo des. Es un penique, gracias. Era muy menudo para su edad y estaba aterrorizado. Sophie puso una buena cantidad en un papel. Es la ruina. Trabajo como un esclavo para vosotros. Y ninguno, ni siquiera Calcifer, dedica un momento de su tiempo a decirme hola. Algunos al menos se mo lestan en fingir que me han visto.
Para entonces era evidente que Howl estaba de un humor como para producir lodo verde en cualquier segundo. No, no te levantes. No lo necesito. Pero no puedo mandarte a ti y a Sophie a ensuciar mi nombre ante el Rey vestidos con harapos. Sophie lanzaba chispas por los ojos. Solo has dicho que lo voy a hacer. Michael puede ir como tu criado. Ahora no, Michael. Es una anciana majestuosa. Te toca a ti. Pero Sophie y yo no pudimos atrapar a la estrella fugaz y Apartaba las cosas a un lado y a otro mientras buscaba—.
Sophie, querida Creo que el siguiente verso era importante —dijo—. Entonces se detuvo. Por cierto, ya te he dado la pista. Howl y Michael estaban esperando en la puerta. Su traje gris y escarlata estaba salpicado de gotitas de agua.
Sus ropajes se volvieron borrosos, como si la llovizna que le rodeaba se hubiera convertido de repente en niebla. Vamos, Sophie. Megan, estos son Michael Fisher y Sophie, esto Megan les dio la mano con aire reservado y desaprobador.
Les ha metido el miedo en el cuerpo si no entregan los deberes a tiempo. Hasta las escaleras estaban cubiertas por una alfombra, rosa y verde. Va a perder la vida. El otro se dio media vuelta. Era moreno, con cejas espesas, y su mirada impresionaba—. Enchufa eso otra vez.
Los muchachos lo miraron. Me acuerdo de viento y aletas. Va de submarinos. Ahora ni siquiera me acuerdo de lo que estaba en el papel. Vio que Michael estaba parado en la mitad, con aspecto avergonzado. Howl estaba al pie de las escaleras discutiendo con su hermana. Necesito uno en especial. No paraba de hablar. Desgraciadamente, Howl estaba atrapado contra las escaleras con Sophie y Michael a su espalda.
Tenemos que marcharnos. Encantada de conocerla —le dijo a Megan al llegar al pie de las escaleras—, pero debemos marcharnos. Howl es un hombre muy ocupado. Howl no dijo nada sobre Megan. La miraron sorprendidos. Y no solamente Howl. Market Chipping era igual. Pero no era ese tipo de mujer. Es muy viejo y excepcional. Las fotocopias cuestan dinero. Es de John Donne y es muy conocido. Tiene usted una voz tan hermosa. Si encontrases Ya puede parar. Ahora me acuerdo.
Ahora tenemos que irnos. Dentro estaba la sala del castillo. Las grandes llamas de Calcifer coloreaban las paredes de azul y verde a la luz del atardecer. Era una forma de no pensar en el Rey. Calcifer estaba muy interesado. Pero esto parece ser otro mundo. Siempre lo estaba insultando.
Lo necesito como apoyo moral. Salieron majestuosamente a las calles de Kingsbury. Recorrieron las calles con un aspecto tan elegante como cualquiera de los moradores de la ciudad. El empedrado brillaba al sol. Los grandiosos edificios temblaban ante sus ojos.
Pendragon es un apellido precioso, mucho mejor que Jenkins. Era alta y delgada y estaba sentada muy derecha en una silla tapizada de azul y dorado. Mi salud no es buena. Les ruego que se sienten los dos. Obviamente no esperaba esto en absoluto. Este muchacho va a ir por mal camino. No creo que el criado sea lo bastante listo como para preocuparme.
Hace tiempo que oigo a la muerte acercarse de puntillas. Y estoy decidida a arreglarlo antes de morir. Howell tiene un talento del mismo calibre que el suyo. Porque si se lo ha dicho Sus labios se contrajeron de repente, como si hubiera mordido inesperadamente un grano de pimienta—. Ahora entiendo lo que le ha pasado a la bruja —dijo—. Los demonios no entienden la diferencia entre el bien y el mal. Ahora debo despedirme. Tengo que descansar un poco. Las rodillas le temblaban—. Explicaba lo de Jane Farrier y el Conde Fulanito.
Era como si Sophie siempre lo hubiera sabido, pero le hubiera parecido que no era apropiado tener talento para la magia porque era la mayor de tres hermanas. Aproximadamente a mitad de camino separaron a Howl educadamente y le pidieron que esperara. A Michael y a Sophie los siguieron escoltando de una puerta a otra.
Estaba totalmente solo, como una persona normal. Aquello era un desastre. Es tan escurridizo como una anguila, si sabe a lo que me refiero, Su Majestad. Con eso Su Majestad se puede dar cuenta del tipo de persona que es. Pero se le ha olvidado mencionar lo presumido que es y Su franqueza me ha quitado un peso de encima. Pero usted me ha demostrado que es justamente el hombre que necesito.
No creo. Me lo dice el hecho de que la haya enviado a usted. El Rey los hubiera entendido. Ahora tiene permiso para irse. Esta antesala estaba cubierta de espejos. Era un joven muy bajito, con los ojos enrojecidos. Me siento responsable de su felicidad. Estaba muy lozana y hermosa. Estuvo a punto de detenerse, pero no del todo. Aquello fue otro error. Muerta —dijo la bruja—. Y no tengo que conocerla para llamarte malvada por haberla matado. Tengo una cita.
Voy a Entonces debo de haberme confundido. Es de donde viene el mago Howl. Hala, arriba. Se puso en camino cojeando, pasando junto a los soldados sudorosos, hasta llegar a la entrada del Palacio, odiando a la bruja con cada paso que daba. Dio media vuelta en la cima, jadeante. Se vio obligada a decirles a los guardias: —Hay una cosa que se me ha olvidado mencionar al Rey. Se acordaban de ella. Parece cansada.
Un sargento y seis soldados reales lo custodiaban. La caravana se detuvo con mucho ruido frente a la puerta del falso establo. Luego dijo: —He contado cuatro caballos y diez hombres solo para librarse de una anciana. He ido dos veces y todo ha salido mal. Michael era el que estaba preocupado por la bruja. La bruja conoce todas las entradas, excepto la de Porthaven.
La puerta se puso a temblar. Y luego se detuvo. Los tablones cayeron al suelo. Estaba empapado. Las mangas y las puntas de su cabello goteaban agua.
No es asunto tuyo —dijo con voz ronca—. La bruja Calcifer, necesito beber algo caliente. Tengo que beber algo caliente. Puedo nombrar a tres sin tener que pensar ni un segundo.
En realidad Sophie vio que eran cuadrados de papel esponjoso. No paraba de estornudar. Las cenizas de los que ya estaban usados se amontonaban alrededor de Calcifer. Mi conciencia. Me voy a la cama, donde puede que me muera. Para entonces Sophie estaba muy preocupada por el traje plateado y azul.
Quiere seis lonchas de beicon para el bocadillo. Comieron bocadillos de beicon, pero Michael tuvo que subir cuando se estaba comiendo el suyo. Se hizo la paz. Arriba reinaba el silencio. Aquella era su oportunidad para ir a ver a Lettie. Es la puerta del castillo. Alguien debe de ir corriendo a nuestro lado. Creo que no tiene malas intenciones. Debajo de las llamas verdes y rizadas se oyeron grandes carcajadas secas. Amo a Lettie Lettie llora y muy triste Si no quieres que se lo diga al mago Howl Sophie puso la mano sobre la cabeza suave y redonda del perro—.
Mientras tanto, de la planta de arriba llegaban gemidos y quejas. Volvieron a empezar las toses, mezcladas con gemidos. Los estornudos alternaban con los quejas y las toses y todos aquellos sonidos se elevaron hasta alcanzar un punto en el que Howl se las arreglaba para toser, quejarse, sonarse la nariz, estornudar y lamentarse quedamente todo a la vez.
O a lo mejor, simplemente, me muero. Veo puntos delante de los ojos. Las cosas dan vueltas a mi alrededor, o a lo mejor es la cabeza la que da vueltas.
Y que me salgan canas, supongo, pero no pienso quitarme el conjuro para comprobarlo. Si al principio no lo consiguen, lo vuelven a intentar. Yo lo intento —dijo con gran pesar—. Sophie estaba preocupada. Siempre he querido tener un perro. Y estamos de suerte, Howl.
Hay una vieja tienda a la venta en Market Chipping. Al parecer, su objetivo era formar parte de la casa. Ya sabes que se puede comprar la tienda, pero no el negocio. O piensa un poco, si es que sabes. Se dio cuenta de que Howl iba a salir. Michael tuvo tiempo de trabajar en su conjuro durante una hora. Vamos a desaparecer. Michael tuvo que dejar el conjuro y correr escaleras arriba.
Yo le dije Te preocupas del traje equivocado —le dijo a Sophie—. Tengo que presentarle mis respetos. La finca de Pentstemmon es un lugar inclemente. Es urgente. Los dos esperaron con ansiedad. El traje comenzaba a estirarse poco a poco. Era un conjuro muy fuerte.
Sophie supo que el hombre era su padre. Tuvieron mucho cuidado para no despertarle. Sophie y Michael rebuscaban por los armarios algo que pudiera comer un perro cuando oyeron a Howl bajar muy despacio los escalones.
Estaba de pie, sujetando la puerta que daba a las escaleras con un brazo que quedaba totalmente oculto en una inmensa manga azul y plateada.
El otro brazo no asomaba ni de lejos por la otra enorme manga. Puedo detectar la mano de Sophie a una milla de distancia. Y hay varias millas de traje. Otro tronco, por favor. Iba todo de negro. Su pendiente era largo y negro. Estuvo de acuerdo con ella en que el pelo negro le sentaba bien. Pegaba mejor con sus ojos verde cristal. Sus caras borrosas flameaban con un azul marino a azul cielo y luego casi blancas.
Los paquetes saltaban. Sophie y Michael corrieron hacia el armario de las escobas, cogieron cada uno una capa de terciopelo y se la echaron por encima de los hombros. Michael era un caballo. La calle estaba llena de gente que miraba hacia arriba. Algunos espectadores se retiraron al interior de sus casas. Un barco desafortunado estaba atrapado en la tempestad.
En medio de todo aquello, se oyeron unas voces cantarinas que gritaban. Aquello significaba que solo faltaban dos cosas imposibles por cumplirse.
Las sirenas entonaron un triste lamento. Al menos algunos. Para algunos de los espectadores, los monstruos eran demasiado aterradores. Muchos se metieron en sus casas. No pasaba nada. Todo se encogieron al sentir la onda expansiva del trueno.
Regresaron muy despacio hacia Porthaven. Abre la puerta. Estoy agotado. Siempre se resguarda tras su demonio del fuego y ella se queda en la retaguardia para protegerse. Atento, Michael. La bruja sabe que estamos en Porthaven.
No solo vamos a tener que mover el castillo y la entrada de Kingsbury. Puedes elegir entre Market Chipping o la bruja. No seas pesado. Los dos fueron a sentarse en las escaleras. El perro-hombre estaba temblando. Howl y Michael salieron corriendo al patio. La manga de la chaqueta era de todos los colores del arco iris.
No me interrumpas. Una, dos y tres. Los troncos se resbalaron hacia un lado. Le costaba mantener la pala recta. Pero tuvo que cerrar la boca con fuerza y quedarse quieto un momento para evitar toser.
Es esa casa bonita que me pediste que encontrara. Es muy elegante. Bien hecho, Calcifer. Era lo mismo pero distinto, muy confuso. Ahora que ya lo sabes puedo hablar de ello. El contrato me lo permite. Yo estaba aterrorizado. Bueno, estaba aterrorizado de todas formas, porque cuando caemos sabemos que vamos a morir. Hubiera hecho cualquier cosa antes que morir. No me siento seguro. Yo he pillado un resfriado perpetuo, pero afortunadamente soy terriblemente deshonesto.
Y a eso me agarro. Luego Michael y Howl hicieron un agujero en una de las paredes. Ven y mira la parte de fuera. Prefiero Pendragon. No puedes poner eso y luego vender flores de seda de los sombreros. Ver su antiguo hogar de aquella forma la llenaba de sentimientos muy contradictorios. Estaba dolido. El castillo, por muy alto, negro y deformado que fuera, con sus peculiares hilillos de humo de una torre a otra, no desentonaba.
Y el castillo, de alguna manera, encajaba en aquel lugar. Aquel lugar era realmente maravilloso. Hay muchos arroyos y charcos. Todos disfrutaban del paseo. Dos de los cubos eran en realidad las botas de siete leguas. Ahora no le importaba si Sophie usaba las botas o no. A veces las flores que sobraban eran un problema. Sophie no soportaba verlas marchitarse durante la noche. A veces Sophie sospechaba que aquello era lo que la molestaba. A Sophie le gustaba vender flores ella sola. Estaba aburrido.
Y Sophie le daba largas. Ya no falta mucho. Aquello no era del todo cierto. Puede que Howl lo mereciera, pero Calcifer no. Y era cierto. Sophie ataca de nuevo. Solo faltaba una cosa: el viento para impulsar una mente honesta.
No era el ruido de los cascos de un caballo. Era el sonido de un palo al chocar contra las piedras. No puedes encontrarnos. No pasaba ni una hora sin que el bicho apareciera a controlarla. Sophie se dio cuenta de que estaba intentando convertirse en hombre.
Pobre criatura. Puedes ser un hombre si lo intentas. Lo hace Yo era ese perro en la cerca Dije a Lettie, te conozco, te cuido. Sophie y Calcifer se quedaron mirando. Sophie se interpuso.
Como recuerdo de Ben. No tiene ninguna prueba de que sea la suya. Y no tiene derecho a entrar en los castillos de la gente y llevarse sus guitarras. Ahora vuelva a Gales. Seguro que vino a ver a Howl. Nunca dejaba que Howl hablara mucho tiempo con Sophie. Vamos a necesitar mucha comida para alimentar a dos perros. Howl estaba demasiado enfadado para escuchar. Ven, voy a llevarte a ver a Calcifer —. Y hay varias capas —dijo Calcifer. Por lo que parece, la bruja te ha tenido en su poder bastante tiempo.
Pero no estoy seguro de que la bruja haya colocado a este correctamente. No me acuerdo de nada. Y no hagas que Sophie vuelva a resoplar. Luego fue a ver los narcisos. Pero estaba muy abandonada. Echa un poco de esa cosa en la lata y ven conmigo. Tuve que morder a uno de ellos para escaparme. Iba buscando a Lettie. Howl le dijo que eras una anciana.
Y lo peor de todo es que cree estar a salvo de Howl. Muy amable de su parte. La quiero mucho y se lo agradezco. Yo estaba igual de preocupada por ella. Al menos lo necesitabas. Sophie dio media vuelta, con el herbicida en la mano.
Eso le pasaba por ser la mayor. Aquel pensamiento tranquilizador hubiera bastado para mantenerla en marcha toda la noche, si no se hubiera apoderado de ella una gran inquietud.
A su alrededor se levantaron nubes de polvo y gravilla. No nos puedes encontrar. Muy bien. Howl y Michael estaban en el banco desmontando a toda prisa un conjuro. Eres un Bueno, la verdad Mi Lettie Sabes que es verdad. Hubo un momento en que todo el mundo me hablaba de lo mismo. Incluso Calcifer Pero nada funciona.
Eso ha sido fuerte. Sophie nunca hace las cosas a medias. He hecho lo que he podido. En unos segundos sonaba mucho mejor. En fin. Howl fue hacia la puerta y se detuvo con la mano en el picaporte—. Me voy». Tuvo que hacer ella misma casi todas las guirnaldas. La calle estaba tomada por una multitud bulliciosa. De carne y hueso e inofensivo. Aquello era el resultado de la pintura y las ventanas nuevas de Howl. Llevaba un sombrero del mismo color adornado con rosas que Sophie recordaba perfectamente.
Debe de haber un error. Estaban encantadas de volver a verse. Howl se ha portado muy bien conmigo—. Y Sophie se dio cuenta de que era verdad. Siempre tuviste cierta habilidad, Sophie.
Sophie la observaba mientras hablaba. Pero aquello no fue todo. Estaba demasiado contenta de ver a todo el mundo como para marcharse antes.
Para entonces estaban todos comiendo pollo y bebiendo vino tranquilamente. Pero era evidente que no estaba contenta. Sophie la vio junto a la puerta, intentando abrirla. El castillo se deslizaba hacia un lado.
El columpio estaba perlado de gotas, al igual que la ondulante cabellera pelirroja de la bruja. La sobrina de Howl, Mari, avanzaba sobre la hierba mojada hacia ella. Lettie, Percival, Martha y Michael volvieron a la planta baja. Annabel, he visto unas escobas en el pasaje por donde viniste. Lettie y Percival ya estaban abriendo la puerta. Dice que no tiene malas intenciones. Creo que dice la verdad. Espera tu permiso para entrar. No intentaba lanzarse al interior como en otras ocasiones.
Es solo el golem de un mago. Son inofensivos. Debo darte las gracias —dijo—. Os doy las gracias a las dos. Michael y Sophie intercambiaron miradas alarmadas.
Zip—zip, zip—zip, zip—zip, zip—zip, zip—zip, zip—zip, zip—zip. Dio otro paso cuidadoso. Dio otro paso. Era como estar dentro de un horno. Pero al acercarse se dio cuenta de que era como si estuviera formado por miles de macetas amarillas amontonadas unas sobre otras.
Se limitaron a mirarla con cara de pocos amigos. Era como atravesar la puerta del castillo con el pomo apuntando hacia el negro. Hubo un momento de nada, seguido por una luz sucia. Cuando Sophie las miraba, las llamas no estaban nunca donde ella fijaba la vista, sino siempre a un lado. Por fin los pajes la llevaron a una especie de madriguera central. La bruja la estaba esperando. Llevaba un vestido blanco. Y los pajes se deshicieron y se convirtieron en dos burbujas anaranjadas pegajosas que se elevaron en el aire y se dirigieron hacia Sophie.
Esperaremos a que llegue Howl. No es tan tonto. Y no creo que la cabeza de Howl te obedezca en absoluto. Controlaremos a su demonio del fuego. Me ha costado mucho llegar hasta donde estoy y no me apetece en absoluto discutir. Sophie vio que otra persona entraba por la brecha. Era Howl. La estaba poniendo de los nervios. Lo tiene su demonio del fuego.
Creo que hace tiempo que la dominaba. Una historia muy triste. Pero no No estaba segura de que aquello le fuera a gustar a Lettie. Gracias por aumentar mi velocidad diez veces. Howl hizo un gesto con la mano. Sophie y yo tenemos que volver antes de que el demonio del fuego encuentre alguna manera de penetrar mis defensas—. Ha estado en el castillo, dos veces.
El suelo pedregoso pasaba debajo de ellos a toda velocidad. Y ahora el viento. Densas nubes de polvo se acumularon a su alrededor. Llegaron a la orilla vaporosa al trote. El castillo avanzaba lentamente hacia ellos, con su columna de humo ondeando al viento. Servidor: 2Shared. Uploader: Kiriee. Demuestra tu Cultura.
Comentar no cuesta nada :D. Publicado por Unknown en p. Unknown mayo 18, p. Unknown mayo 19, p. Unknown junio 09, a. Unknown junio 09, p. Unknown junio 10, p. Unknown junio 28, p. Marianiux junio 29, a. Unknown julio 03, a. Unknown julio 19, p. Unknown agosto 14, p. Unknown agosto 05, p.
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